divendres, 7 d’octubre del 2011

El hombre que revolucionó la tecnología

Es curioso porque habitualmente es al revés, es la tecnología la que revoluciona a las personas y a las sociedades en las que viven. Pero en este caso, fue un hombre, Steve Jobs, quien cambió el concepto de lo que hasta ese momento considerábamos tecnología. Trastos cuadriformes, robustos y toscos se convirtieron de un día para otro curbilínas pantallas de mil colores a las que se podía conectar un teclado, un ratón y una cartuchera para trabajar y disfrutar estéticamente al mismo tiempo. Apple dio su segunda revolución con el regreso de Jobs a la compañía, tras algunos proyectos personales semi-exitosos. La diferencia entre una compañía que, ante el rodillo imparable de Microsoft, se hundía en los noventa y la empresa que lleva varios años arrasando comercial y conceptualmente, ha sido sin duda Steve Jobs.

Algunos de los iTrastos más revolucionarios de Steve Jobs.
Su fallecimiento deja en Apple y en sus millones de acólitos una sensación de desasosiego e incertidumbre que no va a ser fácil de superar. El inventor del iMac, el iBook, el iPod, iPhone, el iPad y otros centenares de "i's" ha dejado huérfanos a todos aquellos que disfrutaban desde el primer momento, en el que abren la caja de su nuevo iTrasto y lo ponían en funcionamiento. El mérito de Jobs no fue crear aparatos informáticos y multimedia muy trabajados, sino convertir una compañía en una religión, un producto en una adicción, un presidente en un mesías. Mientras que Bill Gates es uno de los personajes más odiados del planeta, a pesar de destinar millones de dólares en causas benéficas, Steve Jobs es un hombre que provoca adoración entre los suyos. "Un visionario, un genio, un gurú, un mago tecnológico..." todos estos calificativos han sido destinados a Jobs tras su muerte tanto en la prensa, como en Twitter, Facebook y el resto de redes sociales. Jobs convirtió un acto monótono y a veces incómodo (sacar de la caja un aparato electrónico), en un ritual mágico que quienes lo realizan se sienten niños abriendo un cofre del tesoro, en el que la luz emana de la caja blanca e ilumina un rostro ilusionado. 

Nadie se acuerda de que sus productos son más caros que el resto, que tienen multitud de gadgets que deben comprarse por separado por un precio también elevado o que algunas de sus conexiones son incompatibles con otros sistemas. Nadie se acuerda porque los adictos a Apple no escuchan a razones porque les mueve el corazón, la pasión y la atracción por unos productos que adoran. Jobs, yo nunca seré de los tuyos, pero tu mérito es innegable. Te has convertido en el icono de tu religión. 
Steve Jobs 1955-2011

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