dilluns, 27 de juny del 2016

Y si no, nos enfadamos...


Hoy os quiero hablar de Bud Spencer, un mito de mi infancia que nos hizo reír con sus sonoros puñetazos, su rostro serio y su actitud ruda, pero casi siempre tranquila. Protagonizó casi 20 películas con su inseparable Terence Hill e hizo las delicias de peques y mayores con sus papeles en "Le llamaban Trinidad", "Bombardero", "Y si no, nos enfadamos...", "Banana Joe", "Soldado de fortuna", "Dos super-policías" o "Quien tiene un amigo, tiene un tesoro". Es obvio que sus películas eran todo lo opuesto al cine de autor o intelectual, pero indudablemente consiguió que el pueblo italiano (y español... e incluso europeo) se sintiese identificado con ese tipo a quien las cosas le solían ir mal, pero que siempre tenía un momento para ayudar a quienes más estaban sufriendo. 

Igual que los hermanos Marx, igual que el Landismo o que la saga de Torrente, consiguió crear un género propio, el de las películas de Bud Spencer, que podían no ser un alegato cinematogràfico de primer orden, pero desde luego llenaban salas de cine y te hacían reír sin pretensiones durante una hora y pico. Y en realidad, lo mejor son los recuerdos que tiene uno de cuando veía películas de este hombre en el salón de casa, en mi infancia de los años 80. 

Ayer 27 de junio de 2016 nos dejó. Siempre le recordaremos, o por lo menos, con este post lo intentaremos, con esa sonrisa entre tímida y socarrona y con la mano bien abierta para repartir mandobles a cascoporro.